Un programa de la Cámara de Comercio de Bogotá

Llegar a Europa y hacerse un espacio

SEPTIEMBRE 05, 2024
Llegar a Europa y hacerse un espacio

Juan Sebastián Ortiz de Zaldumbide Lucero
That Music Agency
Malmö, Suecia.

Introducción sobre la música colombiana y su impacto a nivel global.

La música colombiana es una de las más vibrantes del mundo. La riqueza y diversidad cultural de Colombia hacen que su oferta musical sea altamente atractiva a nivel mundial. Con más de 150 géneros musicales propios y más de 1.000 ritmos, Colombia es conocida por ser la cuna de la cumbia, el bullerengue, el mapalé, el porro y el vallenato.

Desde la década de los 90, Colombia ha exportado estrellas del pop global como Shakira, Juanes y Carlos Vives, quienes tuvieron un importante papel al otorgar una imagen más positiva del país, en contraste con el conflicto social interno que ha sido altamente amplificado por los medios globales. En los últimos 20 años, en parte gracias a la llegada de la era digital a la música, decenas de otros artistas colombianos han acaparado el foco de atención, tanto en los principales medios de comunicación como en escenas underground o alternativas de todo el mundo.

Hoy en día, algunos de los artistas más escuchados en el mundo son del reguetón/urbano colombiano, como J Balvin, Feid y Karol G, entre otros. Y otros como Bomba Estéreo, Nanpa Básico y Meridian Brothers están constantemente de gira y llevando la bandera de los sonidos alternativos, originalmente no comerciales, encabezando festivales en Europa y las Américas.

La escena de música en vivo en Colombia también ha crecido significativamente en las últimas dos décadas, haciendo que festivales de música como Rock Al Parque y Estéreo Picnic se hayan convertido en paradas obligatorias para artistas y bandas de todo el mundo.

Potencial de la música colombiana en Europa.

Se podría decir que, en las últimas dos décadas la música colombiana se ha convertido en la más apetecida de Latinoamérica por los festivales de música en Europa. Su riqueza y diversidad de géneros, fusiones y transformaciones han atraído la atención de programadores, bookers y promotores europeos, quienes se han arriesgado a presentar artistas colombianos a su público, con tales resultados que en varios casos les han asignado como mínimo un slot anual a los músicos colombianos.

Solamente en verano, Europa acoge cerca de 800 festivales de música, y otros tantos en otras temporadas del año, en una diversidad de géneros musicales en los cuales hay cabida de sobra para la música hecha en Colombia.

La presencia de compradores de varios de los festivales presentes este año en el BOmm corresponde a circuitos pensados respectivamente según su impacto en el mercado y temporada del año en el que suceden. Por ejemplo, para armar un circuito de festivales en verano, se puede pensar en Río Babel de España, Montreux Jazz Festival de Suiza, Colours of Ostrava de República Checa y Clandestino Festival de Suecia. Si, por el contrario, es una gira planeada para la temporada de otoño/invierno, la posibilidad de tocar en algunos festivales como el Tromsø World de Noruega y el mercado, conferencia y showcase WOMEX, que sucede cada año en una ciudad europea diferente, se puede complementar con shows en clubs o recintos cerrados en Alemania, de la mano de la promotora Entre Trópicos, para luego cruzar al Reino Unido en busca de oportunidades en colaboración con un jugador local importante como movimientos.

La geografía europea facilita crear circuitos de gira entre ciudades y países, dada la cercanía y la amplia oferta de medios de transporte entre éstos, y permite a los artistas colombianos hacer giras de hasta 25 conciertos en 30 días, por poner un ejemplo, lo cual no es nada fácil de lograr en otros territorios.

Es importante también tener en cuenta que, desde hace unos años, tanto el Reino Unido como la Unión Europea no requieren visa ni de turismo ni de trabajo, lo cual facilita la viabilidad de circular sin tener que incurrir en estos costos. Otro tema importante es que siempre que se cierre un acuerdo, se haga por el valor neto, libre de impuestos y retenciones, ya que quien debe correr con estos costos es el promotor y no el artista.

La creciente y constante migración de latinoamericanos a Europa ha contribuido también a que los programadores europeos sientan la necesidad de ofrecer contenido latino, y colombiano en este caso, a estas comunidades que, estando lejos de casa, se interesan e invierten aún más en ir a ver artistas de su origen en sus lugares de residencia.

Más recientemente, las plataformas de streaming han cumplido una labor fundamental en el desarrollo y establecimiento de la música colombiana en Europa. En los últimos años, los artistas colombianos han encabezado las listas de los más escuchados en el mundo, logrando números de escuchas impresionantes, que les han permitido girar por el continente europeo, cautivar y capitalizar audiencias multitudinarias en festivales y recintos, e incluso, en arenas y estadios de fútbol. Pero, lo que se ve en las listas de plataformas de streaming podría decirse que es sólo la punta del iceberg, pues bajo la superficie existen oportunidades para otros artistas menos masivos, menos populares, menos mainstream, por los que hay una demanda, bien sea por la excentricidad o eclecticismo de su música, el llamado al baile o la calidad de su arte.

Retos de la música colombiana en Europa.

El principal reto con el que se encuentran los músicos y agentes de la industria colombiana en Europa es, precisamente, llegar a Europa. Es costoso, es lejos, el cambio de moneda es desfavorable y el retorno de inversión es incierto.

A menos que se trate de una súper estrella global, difícilmente algún promotor se va a arriesgar a llevar a un artista colombiano hasta Europa para uno o varios shows; pues, como funciona usualmente, es que el artista llega a territorio europeo por sus propios medios, y una vez ahí, se pone en marcha el circuito o gira. Pero este circuito o gira toma tiempo de planeación, relaciones, estrategia, contacto y un presupuesto cuidadosamente armado, que le permita al artista llegar a Europa a ejecutar la ruta previamente diseñada.

Una vez un artista ha llegado a tocar o girar en Europa, el escenario con el que se puede encontrar es incierto. Puede ser positivo o negativo, según el objetivo que se haya planteado, y puede ser rentable, sostenible o puede resultar en pérdida de dinero (o inversión, según como se vea). Es importante, después de la primera vez, hacer un balance a conciencia y con los pies en la tierra de si vale la pena volver o no. Si vale la pena seguir invirtiendo o no, si hay un mercado potencial que permitirá eventualmente mejorar las condiciones y los ingresos por cada viaje y cada gira que se haga en el futuro.

Un gran reto es encontrar los socios adecuados. Aquellos que, desde su posición, sumen valor al proyecto de una gira europea y que entiendan que tanto para ellos como para todos los demás involucrados es un negocio y que debe tratarse como tal, con toda la seriedad, transparencia, profesionalismo y compromiso del caso. El artista debe entender que el negocio de su mánager o booker es abrirle mercado y generarle ingresos y, por ende, percibir una ganancia de esos ingresos. El mánager o booker debe entender que el negocio del promotor es vender entradas y que, por ende, el cobro que pretenda percibir por la presentación de su artista representado debe ser de acuerdo con el número de entradas que éste vende. Y todos deben entender que están juntos por el objetivo común y que éste, en la gran mayoría de los casos, toma tiempo, esfuerzo e inversión.

Pasando al tema de las plataformas de streaming, nos encontramos con un reto llamado "el algoritmo". Si bien la música de un determinado artista puede tenerlo todo para llegar al público europeo, es posible que el algoritmo de las plataformas de streaming no le sea favorable y, como consecuencia, no logre llamar la atención de los aliados que potencialmente puedan sumarle valor a su proyecto en Europa. El reto consiste en trabajar estratégicamente en los objetivos que se plantean para la internacionalización del proyecto artístico, dependiendo lo menos posible del algoritmo de las plataformas y, por el contrario, buscando oportunidades de presentarse en mercados y showcases en los que puedan atraer al público (a la industria) de Europa con su música en directo, en carne y hueso, pues es ahí donde se le presentarán a los artistas las primeras oportunidades de llegar al continente. Ya bien, si el artista tiene un hit que está sonando por todo el continente, perfecto, pero los casos son muy aislados.

Otro reto importante para considerar es el balance entre ingresos y costos, pues para artistas que estén llegando por primera vez a abrirse mercado en Europa, los pagos no serán muy altos y los costos puede que sí lo sean, así que es importante concebir el proyecto de apertura del mercado como un proyecto a largo plazo que permita, en su debido momento, recuperar la inversión de las primeras visitas. Si se pretende llegar, cobrar y volver con utilidad, lo más posible es que eso no suceda y que la desilusión signifique una parada del proyecto. Si una banda invierte en ir a tocar en alguna ciudad mediana o pequeña, grande o remota, es porque planea volver. De lo contrario, esa inversión se transforma en un gasto que no generará ningún retorno en el futuro.

El principal reto para un artista para llegar a Europa (o a cualquier otro mercado), es el de rodearse con las personas adecuadas que asuman el compromiso de desarrollar y trabajar estratégica en incondicionalmente que, desde áreas como marketing, finanzas y relaciones públicas, le proporcionen al artista las herramientas necesarias para abrirse camino en otros mercados.

Está demostrado que Europa es un mercado que durante las últimas décadas ha mostrado gran interés en la música colombiana, y que este interés sigue y está para quedarse. Lo que antes se programaba por exótico, ahora se programa bajo un sello de calidad comprobada, y entre los promotores, compradores y agentes del continente europeo, la música colombiana ya goza de buena reputación por su calidad, diversidad, originalidad y capacidad de conexión con el público, por lo que ya no existe la necesidad de ‘sobre-explicarse’ o ‘sobre-venderse’, sino más bien, de saberse vender y explicarse con claridad y contundencia.

La música de Colombia siempre va a tener un escenario en Europa, y eso no va a cambiar. No hay que dejar de crear esos puentes, alimentar esas relaciones ya existentes, y crear nuevas relaciones. Hay que mirar más allá de los mercados convencionales y los países y ciudades principales, hay que estar dispuestos a invertir estratégicamente, con plena conciencia y honestidad del alcance de su proyecto, y celebrar las pequeñas victorias, que, con constancia e inteligencia, más adelante traerán grandes victorias, proyección y rentabilidad.

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